domingo, 24 de febrero de 2008

Botox



Antes de abrir mi taller de artes plásticas visitaba los negocios de las cuadras vecinas y repartía volantes, también escuchaba atentamente y con curiosidad lo que las vendedoras me contaban casi con desesperación, mis futuras alumnas que atendían en estos negocios se sentían tan esclavas de sus horarios que me pedían clases en “momentos de descanso”.
Cuando llegan al taller o a la vida de uno, sea que se presenten en tu lugar de creación, te los encuentres en la calle o caigan del cielo, quieren ser escuchados y no me refiero solo a los sonidos que reproduzcan, sino a las imágenes que dejen en su papel o los tintes con los que tiñan el salón, tienen muchas cosas para sacar de si mismos pero no saben como hacerlo plásticamente, sus ojos brillan al encontrarse en el lugar adecuado para divertirse mientras lo intentan, imágenes en su cabeza, recuerdos de pinturas que vieron de chicos, ganas de pintar sus sueños, ideas que solo a ellos mismos mostrarían. Había momentos en los que tenía que apagar la luz para que los mas chiquitos salgan al recreo, nadie quería dejar de pintar o dibujar…
Lo emocionante es darme cuenta hoy de todo lo que desconocía en ese entonces. No me daba cuenta de lo mucho que aprendería con ellos, ni de las vivencias fuertes que compartiríamos en el proceso de pintar, dibujar, buscar una idea, concretarla, armar muestras, salir del taller para pintar en la plaza.
Amo el momento en que descubro todo lo que me falta por aprender, es el elixir de la juventud, el Botox y el colágeno que me agregaría de no darme cuenta que me falta crecer.

Fiera pero optimista

1 comentario:

All_that_rock dijo...

hola haganse un tiempito y pasen por mi blog....saludos a la family